DRAMA DE CARÁCTER JUDICIAL - "UNA DUDA RAZONABLE".
Narra
la historia de los componentes de un jurado, doce hombres, que se retiran a
reflexionar sobre lo que parece un sencillo y claro caso de asesinato (un chico
ha matado a su padre). Cuando parece que no van a tardar demasiado en decidir
un veredicto, uno de ellos no lo tiene tan claro, tiene lo que se llama duda
razonable, aquella que si surge es necesario e imprescindible dictaminar que el
acusado es inocente (su vida depende de la decisión de estos doce hombres).
Expondrá sus argumentos y pedirá una nueva votación para ver si alguien más se
lo ha pensado. Poco a poco las dudas comienzan a surgir.
Se trata de cómo los
prejuicios, los intereses y las influencias del pensamiento preponderante de la
sociedad ejercen una gran presión sobre el individuo a la hora de juzgar y
tomar una decisión sobre otro, y que por las evidencias, sólo aparentes, cree
actuar con certeza de justicia hasta que aparece "una duda razonable".
Una duda que no siempre tiene la suerte de ser lo suficientemente atendida,
pero cuando logra que los individuos reflexionen, tal reflexión no sólo les
llevará a replantear el problema mismo, sino que además les llevará a un
verdadero análisis retrospectivo y a cuestionarse sus propios valores morales.
Esta obra del cine, es un drama de carácter judicial basada en la
deliberación de un jurado compuesto por doce hombres sobre un caso de
asesinato de un padre por parte de su hijo de dieciocho años. Por sus
características es una película que permite reflexiones de distintas
características: el tema del liderazgo, la dinámica de grupos, el ejercicio de
la dialéctica, la configuración de los juicios y el efecto sobre ellos de
los prejuicios y las motivaciones personales, reflexiones desde la ética y la
moral. Un claro reflejo de la vida real.
Se considera si la toma de
decisiones es un proceso racional
o irracional.
Cabe destacar que la actitud de un jurado ante la implicación en cualquier caso
debe ser racional y objetiva. En la película esto se ve
reflejado en ciertas personas, como el número 8. Como ejemplo de un proceso
irracional encontramos al número 3 y al número 7.
- Argumento
Un
chico de 18 años es juzgado por el asesinato de su padre. El jurado debe emitir
su veredicto en un caso en que todas las evidencias parecen condenar al
acusado. Estos doce hombres, a los que el sistema presupone imparciales,
comienzan a manifestar su personalidad a medida que deliberan, a petición de
uno de ellos, sobre los testimonios que fueron presentados. La fuerza del
diálogo y de la lógica va desmoronando la consistencia de esos testimonios que,
una vez que son unidos como un rompecabezas, manifiestan su inconsistencia. La
racionalidad del protagonista se va abriendo camino entre la niebla de los
prejuicios, pasiones y motivaciones anímicas de los demás miembros del jurado.
Uno a uno son incitados a reflexionar, comprender y aclarar lo que se esconde
tras las apariencias del caso. En este proceso, son sus propias personalidades
las que están siendo analizadas una vez que se embarcan en el ejercicio
esclarecedor de la razón.
- "Una duda
razonable"
Nuestro
sistema judicial se basa en el principio que ya estableciera el derecho
romano: in dubio, pro reo (ante
la duda, a favor del reo). Esto significa que toda persona es inocente hasta
que se demuestra su culpabilidad. Sin embargo, en la sociedad suele ocurrir a
menudo lo contrario, como se refleja aquí: el chico parece culpable, las evidencias
tienden a enfocarlo así; el debate del jurado va desmoronando la consistencia
de esas evidencias, hasta desembocar en una “duda razonable”, suficiente por
ley para absolver a un acusado.
Es importante destacar que no se
demuestra la inocencia del chico: lo que se demuestra es el conjunto de prejuicios
que condicionan una apariencia de culpabilidad, de los cuales hay que
desvincularse para juzgar fríamente si hay pruebas consistentes no meramente
circunstanciales.
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